El encargo parte de unos amigos aficionados a pasar vacaciones y fines de semana en un precioso pueblo de Ávila, situado en el Valle de Amblés a los pies de La Serrota.

Las premisas del proyecto estaban bastante claras desde el principio, y eran bastante obvias: disfrutar del paisaje.

La situación de la parcela facilita bastante la labor, pues se encuentra en el punto más elevado de todo el pueblo, sin obstáculos que enturbien la grandeza de las vistas.

La vivienda se concibe como un gran mirador, desde el cual se puede contemplar el paisaje circundante, el pueblo….separando zonas de día y de noche en alas diferenciadas, y optimizando así la orientación más favorable bioclimáticamente.

Como segunda residencia, el salón, se convierte en el corazón de la vivienda donde poder reunir una gran cantidad de personas y desde el que se accede a distintos ambientes, a distintas alturas.

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